El storytelling puede definirse como la estrategia de marketing destinada a crear vínculos duraderos con los consumidores a través de las historias.
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El storytelling puede definirse como la estrategia de marketing destinada a crear vínculos duraderos con los consumidores a través de las historias.
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El storytelling puede definirse como la estrategia de marketing destinada a crear vínculos duraderos con los consumidores a través de las historias.
Quizá, el pensamiento de que el diseño es cuestión de gustos o preferencias está un tanto generalizado. A menudo, pensamos que podemos juzgarlo basándonos únicamente en si nos gusta o no. Pero, en realidad, el diseño no es tan subjetivo como parece. Los diseñadores no solo se preocupan por crear algo visualmente atractivo y estético; cada decisión que toman responde a criterios muy justificados.
Algunos diseñadores pueden reflejar cierto estilo propio en sus trabajos. Pero la esencia del diseño radica en su capacidad para resolver problemas de comunicación y cubrir necesidades concretas de la sociedad.
Entonces, ¿cómo de subjetivo es el diseño realmente?
El ¿arte? del diseño
La creación artística se basa en la libertad, la expresión y la visión única del autor, sin ningún tipo de restricción en cuanto a forma, color o mensaje. El arte plantea cuestiones acerca del mundo, transmite ideas. Pero no tiene por qué tener una finalidad más allá del disfrute del propio artista por crear.
Sin embargo, el propósito del diseño es comunicar un mensaje de manera clara y efectiva, influyendo en el espectador de la manera deseada. Cada elección visual tiene una razón de ser y responde a este propósito. Para lograrlo, los diseñadores utilizan las herramientas del lenguaje visual, como la composición, el color y la tipografía.
El diseñador italiano Bruno Munari siempre tuvo claro los límites que separaban el arte y el diseño como disciplinas distintas. Para Munari el mundo del arte es el estilo personal, la crítica, la fantasía, la belleza… Mientras que el del diseño, es el profesional, la industria, la creatividad, la funcionalidad… En su enfoque, el diseño busca ser eficaz y relevante para quien lo utiliza, sin que el estilo o la subjetividad del diseñador eclipsen su función.
La ¿ciencia? del diseño
Como el arte, el diseño es sensible al contexto social, económico y cultural de cada época. Siempre tiene una función, pero las normas del lenguaje visual siempre dejan un pequeño margen a la interpretación personal del diseñador. Las tendencias visuales y los valores culturales influyen en las decisiones profesionales. También el contexto social aporta subjetividad al diseño y lo conecta con su entorno.
La precisión minimalista de Dieter Rams o el enfoque audaz y tipográfico de Paula Scher son ejemplos de cómo un diseñador puede imprimir su sello sin desvirtuar el propósito principal. El diseño no es una ciencia exacta. Este toque personal del diseñador puede aportar más autenticidad y riqueza al resultado final. Además, cada persona lo interpreta desde su perspectiva personal, con sus propios valores, creencias y emociones. Este filtro individual aporta un nivel adicional de subjetividad que puede afectar cómo se percibe y entiende el mensaje original.
El lenguaje visual como base sólida
El diseño se basa en un conjunto de principios visuales que guían la comunicación de manera eficaz. Elementos como la jerarquía visual, el equilibrio, la proporción, y el uso del color y la tipografía establecen una base objetiva que permite que el diseño sea comprensible, independientemente de las variaciones estilísticas.
Cualquier proyecto de diseño está fundamentado en estudios previos que incluyen una investigación sobre el mercado, la cultura y el público objetivo. Esto garantiza que el diseñador argumente cada una de sus decisiones creativas sin basarse tanto en su visión personal. Aunque cuando el diseñador ajusta su estilo a los objetivos, aporta un toque único sin sacrificar la funcionalidad. Esta combinación de subjetividad y profesionalismo enriquece el diseño, permitiéndole adaptarse a diferentes contextos sin perder su carácter práctico y comunicativo.
Dominar el equilibrio
En conclusión, aunque puede parecer subjetivo de primeras, el diseño siempre se sustenta en decisiones justificadas y objetivas. Por tanto, el diseño no es solo cuestión de gusto. Requiere un dominio profundo del lenguaje visual. Además, exige capacidad para comunicar de forma clara, efectiva y auténtica. Este delicado equilibrio entre objetividad y subjetividad, entre ciencia y arte, es lo que hace al diseño tan fascinante y versátil.
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