Las campañas sobre seguridad vial suelen apostar por una comunicación impactante, recurriendo en muchas ocasiones a la brutalidad de algunas escenas. El debate sobre la efectividad de mostrar o no imágenes cargadas de violencia es un clásico en este tipo de anuncios. Hemos visto campañas de lo más desagradables, sangrientas o simplemente de mal gusto. ¿Realmente es necesaria tanta violencia para concienciar a la población sobre el exceso de velocidad? ¿Tanta violencia puede acabar generando una insensibilización?

El debate sigue vigente, mientras tanto, Irlanda del Norte acaba de estrenar «Classroom» su nueva campaña de seguridad vial que está siendo de las más comentadas en las redes sociales. En ella pone de manifiesto que desde el año 2000 la velocidad ha matado a toda una clase de niños. Este es uno de los anuncios más fuertes sobre seguridad vial que puedas ver. Y no es para menos…

Utilizar niños en los anuncios suele funcionar bastante bien, pero cuando mezclas niños con accidente de tráfico, eso ya es otra cosa. Ya vimos en este mismo blog la campaña «Mistakes» de la Agencia de Transportes de Nueva Zelanda en la que también aparecía un niño como elemento dramatizador del spot, pero nada comparable con esto.

La agencia de publicidad encargada de la producción de esta campaña es LyleBailie International.

¿Es esta la mejor forma de comunicación para este tipo de anuncios?