¿Sabes cuál es el sueño de cualquier empresa? Que el cliente se vaya con una sonrisa tan grande que parezca que acaba de ganar la lotería. Y no es magia: se llama buen servicio al cliente, ese arte de tratar bien a las personas y lograr que digan «¡Wow, aquí me entienden!». Aquí te dejamos seis consejos con un toque de humor para que conquistes a tus clientes y te conviertas en su héroe, ¡al lío!

1. Saluda como si fueras su mejor amigo

No estamos diciendo que te tires al piso a llorar de emoción por verlos, pero un saludo cálido y auténtico es un gran inicio. ¡Ah! Y sonríe. Aunque estés detrás de un teléfono o pantalla, tu actitud se nota.

2. Escucha como psicólogo, pero sin cobrar extra

A nadie le gusta repetir tres veces lo mismo. Escucha con atención, asiente como si fueras un sabio y toma notas si es necesario. Entender al cliente no solo resuelve problemas, sino que evita que terminen hablando mal de ti… en Twitter.

3. La empatía es el arma secreta

Ponte en sus zapatos, aunque te queden grandes o incómodos. Si el cliente está molesto, no te pongas a la defensiva. Responde con frases como: “Entiendo cómo te sientes, vamos a solucionarlo juntos”. Créeme, esa frase es un abracadabra moderno.

4. Sé rápido como un rayo (pero no apurado)

Nadie quiere esperar más de lo necesario. Soluciona los problemas rápido, pero con calidad. Si te demoras más de la cuenta, infórmales. La transparencia es el ingrediente secreto del pastel de la confianza.

5. Sorprende al cliente con el toque extra

Todos aman las sorpresas (bueno, las buenas). Si puedes dar algo adicional, hazlo. No tiene que ser costoso: una sonrisa extra, un correo de agradecimiento o resolver algo sin que el cliente lo espere pueden ser regalos valiosos.

6. Nunca subestimes el poder de la despedida

Despedirse es todo un arte. Hazlo bien y asegúrate de que el cliente sienta que lo estás esperando con ganas para la próxima vez. Un «¡Gracias por confiar en nosotros, hasta pronto!» tiene más impacto del que imaginas.

El cliente feliz: tu mejor marketing

Recuerda que un cliente satisfecho no solo regresa, ¡también se convierte en tu embajador! Así que no subestimes el poder de hacer bien las cosas y darles una experiencia memorable. Como dicen, «un cliente contento vale por mil anuncios», en Hadock estamos muy convencidos de ello, ¿hablamos?