Casa Tarradellas es una empresa alimenticia fundada en 1976. Sus anuncios no son tan virales todavía como los de Coca-Cola, por ejemplo, pero sí que siempre son, desde el punto de vista de la producción, muy cuidadosos. Más que anuncios son cortometrajes. Y los expertos siempre hablan. Son un referente. Tal vez no se hacen tan virales como el de otras marcas al ser una empresa mucho más local.

Este mes de octubre han lanzado su última campaña. Como viene siendo habitual en la marca, una familia protagoniza el anuncio. Los hijos están en la pre-adolescencia o adolescencia, lo que hace que haya enfrentamientos. Además, la familia se está mudando, por lo que es imposible que no se creen enfrentamientos si, para más inri, los hijos no quieren abandonar la casa.

Total, que la mudanza es un caos familiar. Hay que tomar decisiones que, más bien, se convierten en imposiciones de los padres. Otras veces son hechos que por mucho que uno quiera, ni un padre ni una madre pueden lograr: es el caso del armario empotrado.

En fin, la mudanza va creando tensión entre la familia. En la nueva casa todo son caras largas. Familia desunida, todos desperdigados. Hasta que la madre tiene la genial idea de cenar una pizza Casa Tarradellas. Y es que, ¿quién le dice que no a una pizza? Padres e hijos se reúnen alrededor de la mesa a cenar. Un momento de convivencia que no se debería de perder en ninguna familia: el momento de la cena. O el de la comida los fines de semana.

El eslogan de la campaña, obra del realizador Oriol Villar, es «Cuando la necesitas, está». Esto es: los productos de Casa Tarradellas (la pizza en este caso) siempre te sacará de un apuro. Por lo tanto, más vale prevenir que curar. Ten algo Casa Tarradellas en la nevera: el embutido, una pizza, un espetec, etc.